Sobre las pensiones mínimas, Toxo dijo esperar que Rajoy mantenga lo anunciado, es decir, que se atenga al cumplimiento de la ley y, por tanto, a que se equiparen al crecimiento de la inflación. "Esto supondría que las pensiones mínimas no mejorarían", advirtió. Lo mismo espera en el caso del salario mínimo (ahora en 641 euros), que "debe tener una evolución que al menos compense el efecto de la inflación". En la reunión que mantuvo hace dos semanas con Rajoy, el dirigente sindical no obtuvo respuesta sobre qué sucederá con los salarios en el empleo público.
Aunque el próximo presidente del Gobierno marcó la fecha del 6 de enero como límite para que sindicatos y patronal alcancen un acuerdo en temas como absentismo, mutuas o contratación, Toxo insistió ayer en que no se siente concernido por ningún plazo. "Ya nos hemos equivocado mucho en fijar plazos perentorios en negociaciones que han fracasado estrepitosamente", señaló. Advirtió también de los riesgos de que el Gobierno irrumpa en una negociación en la que ambas partes tienen voluntad de acuerdo.
Precisamente, ayer los agentes sociales mantuvieron una nueva reunión para acercar posturas sobre la solución extrajudicial de conflictos, un asunto en el que las negociaciones están muy avanzadas, hasta el punto de que ambas partes podrían firmar un acuerdo antes de Navidad. Fue también la primera ocasión en que sindicatos y patronal hablaron sobre la propuesta de la CEOE de pasar los festivos que caigan en mitad de la semana a lunes, un tema sobre el que las centrales están dispuestas a hablar aunque muestran sus dudas.
Por otro lado, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, planteó ayer que las bonificaciones a la contratación se destinen a sufragar indemnizaciones por despido, es decir, recuperar el llamado modelo austriaco, en el que cada trabajador cuenta con una mochila en la que a lo largo de su carrera acumula una cantidad que puede usar para formarse o bien recibir en caso de despido o jubilación. Para Toxo, esta es una de las posibilidades, aunque señaló las dificultades de ponerla en marcha en la coyuntura actual.
Sí fue muy crítico con la idea lanzada por la patronal y repetida ayer por su presidente, Juan Rosell, de intentar trasponer a España los minijobs de Alemania: empleos de pocas horas con salarios de unos 400 euros. Una propuesta que no ayudaría a las negociaciones entre sindicatos y patronal.
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